sábado, 26 de mayo de 2018

Soñar es fácil, luchar no


Soñar es gratis, o al menos eso he querido creer siempre, y aunque todo el mundo es capaz de soñar muchos no se atreven a luchar por ese sueño, muchos se acobardan en el intento ante la idea de salir perdiendo o que sea un pérdida de tiempo y luego; se arrepienten de escoger el camino fácil.
Abren los ojos tarde, demasiado tarde para coger ese que tren que tenía sólo un viaje de ida… un tren que pasó una vez por su vida y nunca volvió…
Sólo unos pocos locos se atreven a subir aun queriendo echar la vista atrás, saltamos con el miedo en las venas y nos agarramos fuertemente para sentir que merecerá la pena arriesgarse.
Pero… no todos los que lo cogen llegan al destino que ellos imaginaban… hay que ser fuerte y tenerlo muy claro… saber que pase lo que pase seguirás adelante…
Yo siempre tuve bastante claro por lo que quería luchar, es lo único que he tenido tan claro en toda mi vida.
Sí que es verdad que mis sueños han ido cambiando, pero su finalidad siempre ha sido la misma. Algún que otro pequeño sueño ya fue cumplido en el pasado, pero eso no me bastó y quise seguir por una meta mayor… Así que todavía queda mucho camino por andar, y que al igual que el ya recorrido, no será un camino lleno de rosas sin espinas…
Pues nadie dijo que luchar por un sueño fuera fácil.
Yo tengo que levantarme de la cama cada día intentando coger todas las fuerzas posibles, lavarme la cara y mirar al mundo sin miedo… Porque es duro… pero si realmente lo quieres, merecerá la pena… Eso pienso casi todos los días.
Lo más bonito de esta lucha es cada paso que das, cada persona que encuentras, cada sentimiento vivido, la ilusión y la esperanza que nunca se pierden, cada minuto de vida que se transforma en un granito de arena más en ese reloj añejo tan elegante y frágil.
Pero al igual que tiene una parte bonita, hay otra que no todos están dispuestos a aceptar, hay un lado que está escondido en las sombras, que nadie ve pero siempre está ahí contigo… Y es que cada día es una lucha continua, que a veces pierdes a personas por el camino, que no todo el mundo te apoya y dudan de ti, que a veces tienes que luchar contra las personas más cercanas a ti, que muchos no querrán escucharte y que otros tantos parecerá que lo hacen y luego descubrirás que nunca fue así, que a veces caes… bueno… caes miles de veces… porque te encuentras con baches que no son fáciles de superar aunque quieras hacerte el héroe o la heroína… entonces toca levantarse por mucho que duela, aun cuando sientes que el corazón te explota, aun cuando tus pies están doloridos de tanto correr, tu cuerpo no es capaz de moverse y tu mente se niega a ver la luz al final del túnel… incluso en esos instantes hay que apoyar las manos en el suelo húmedo por las lágrimas derramadas y levantarse una vez más, sacando toda tu fuerza interior, esa que llevas dentro y ni tú mismo te habías percatado de ello, esa en la que nunca creíste pero siempre estuvo ahí… Y en ese momento es cuando tú debes agarrarla, poner los pies firmes en el suelo, secarte las lágrimas y comenzar a andar de nuevo.
No, nadie dijo que fuera fácil… Soy la primera que quiso rendirse en más de una ocasión, pero al final nunca lo hizo. Porque siempre luché por mis creencias, por las personas que me rodean, porque es lo único que me hace cien por cien feliz en esta vida, es lo único que estoy segura que merece la pena, porque mi vida sin ello no tendría sentido… Así que intento pensar cada día que en algún momento ese sueño que tengo desde pequeñita, ese único que no ha cambiado, que está arraigado en mi piel, que es mis fuerzas, mi sonrisa y mis ganas de vivir… se cumplirá.
Hay personas que intentaron ahogar esos deseos y frustrar ese sueño, pero sólo consiguieron que yo tuviera más ganas de avanzar, de correr, de saltar, de hacer cualquier cosa para conseguirlo. Además, eso me hizo más fuerte… más fuerte para ser capaz de superar cada obstáculo, para demostrar de lo que soy capaz, para llevarles la contraria, para poder mirarles sin miedo y plantarles cara.
Porque un día, espero que ese sueño se haga realidad, al menos yo haré todo lo que esté en mi mano… y entonces me sentiré bien, pero bien de verdad… me sentiré en paz conmigo misma…
Cada día es una lucha, pero la lucha por un sueño, y no un sueño cualquiera, sino el sueño de mi vida… Y si por cualquier razón, si por culpa del destino o de lo que quiera que pase en un futuro no lo llegara a conseguir, aun así me quedaré con que di todo de mí y no me arrepentiré de ello. Pues como dicen en mi película favorita…
Si abandonas tu sueño, mueres”.

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