domingo, 15 de octubre de 2017

Carta a un amigo


Nada ni nadie es para siempre… y yo sonreía como si fuera para siempre…
Te miraba y no importaba nada más…
La luz que se reflejaba en tus ojos era tan potente y tan especial, y eso hacía que yo también pudiera sentirme especial…
Cogía tu mano sin pensar en que algún día la soltarías, nunca te agarré con la suficiente fuerza para que no te escaparas de mi lado, porque no esperaba que decidieras soltarte y volar lejos de mí.
El sol irradiaba nuestro mundo… Éramos felices sin decir nada, sin hacer nada… solo con estar era lo importante.
Nunca olvidé tus palabras que tantas veces me llegaron hasta el alma… Nunca olvidé cada momento en el que me apoyaste y te mantuviste a mi lado… Y jamás lo olvidaré.
No olvidaré los momentos en los que reímos y en los que lloramos, en los que tuve que sostenerte y escucharte, en los que tuve que mirarte a los ojos para levantarte. No olvidaré los momentos en los que te fallé, en los que no supe estar, en los que me rendí, en los que me distancié y en los que me arrepentí. No olvidaré cada sonrisa que me regalaste, cada palabra que me ayudó a seguir adelante, cada noche de locura, cada abrazo, cada beso, y cada lágrima que derramaste… sobre todo las que derramaste por mi culpa.
Siempre me sentiré insatisfecha por no haberte dicho todo lo que pensaba a cada instante, por no haber sido yo misma en más de una ocasión, por no haber estado más cerca, por no haber sabido ser una buena amiga, por saber que podía haber hecho mucho más, por saber que te podía haber dedicado más tiempo…
Siempre me arrepentiré de haberte perdido en mi vida, de no ser partícipe ahora de la tuya, de que cada día la distancia sea más grande entre nosotros…
Siempre me arrepentiré de no haber sido capaz de decirte que te quería, que eras parte de mi vida y que no quería perderte pasase lo que pasase entre nosotros. Aunque muchas partes de nuestro alrededor nos influyeran, aunque todo estuviera en contra, siempre tuve una pequeña esperanza de que algo nos mantuviera unidos.
Al mismo tiempo siempre supe que esto acabaría así… sabía que las decisiones que me hacía tomar esta vida me condenarían a un mundo sin ti.
Ahora solo espero que la vida te sonría, que te de las oportunidades que te mereces, que puedas ser feliz, que recorras tu camino con fuerza y no te rindas por nada, que luches por cada objetivo que te propongas, que hagas tu vida a tu manera, que no te arrepientas de nada, que encuentres alguien mejor que yo en tu vida, que te sientas a gusto con los que te rodean.
Y me gustaría esperar que en algún lugar pequeñito de tu corazón esté yo ahí para que no te olvides de mí; porque yo jamás te olvidaré a ti. Probablemente tu pienses que no significas nada ya para mí, que no me importas realmente, que no fuiste nada en mi vida, pero si por tan solo un instante formaste parte de ella y te consideré mi amigo; te aseguro que jamás te olvidaré… Siempre ocuparás un pedacito de mi corazón y siempre te estaré agradecida del tiempo que compartiste conmigo.
Así que, aunque tú me olvides no importa, porque yo no lo haré; a pesar de que no me creas.
Por último decirte, que espero no haber dejado nada por decir, que esto es un hasta luego porque sé que algún día nos volveremos a encontrar por la calle aunque sea solo un momento, y que en ese momento yo me pararé a saludarte y preguntarte cómo te va.

Hasta luego, y gracias por todo.

viernes, 6 de octubre de 2017

De vuelta en aquel escenario

Hace unos días atrás volví a subirme a un escenario muy especial…
Hacía más de 10 años que no actuaba allí, que no lo pisaba mientras me movía por él; mientras sentía la luz de los focos y los aplausos del público…
Y es que no parece que hayan pasado 10 años, sino mucho más. Aunque por un lado lo recuerde cómo si fuera ayer cuando me subía con pasos tímidos al escenario, cuando bailaba sobre él con la cabeza agachada por miedo de mirar a los demás.
Todo ha cambiado tanto desde entonces…
Después de este largo tiempo he aprendido tantas cosas…
He aprendido a pisar fuerte el escenario, a mirar de frente para que sientan lo que yo siento, para que vean que no tengo ningún miedo… he aprendido a disfrutar de lo que se me da mejor en esta vida.
Por eso, para mí; volver ahí era importante y especial. Porque no es cualquier escenario…
Realmente ganar o perder el concurso al que me presenté me daba igual, y lo digo con total sinceridad. Quedé tercera, pero yo me sentí ganadora por haber podido estar ahí arriba sintiendo la música fluir por mi cuerpo, volviendo por un momento atrás en el tiempo; transmitiendo lo que me hacían sentir los recuerdos añejos…
Y por supuesto, quiero dar millones de gracias a las personas que me apoyaron y me animaron desde abajo, que vinieron explícitamente a verme aquella noche. Porque para mí era muy importante que ellos estuvieran y me vieran bailar. Gracias de todo corazón porque sin ellos yo no hubiera llegado hasta aquí, sin ellos yo no sería lo que soy ahora.
Aun así todavía faltó gente que me hubiera gustado que estuviera. Ciertas personas del presente y del pasado que tendrían que haber estado para que mi sueño estuviera completo.
Pero espero que algún día pueda conseguir que todos ellos estén frente a mí…
Realmente, ese es mi mayor sueño.
Por encima de bailar profesionalmente y de montar una academia; lo que quiero desde lo más profundo de mi corazón es bailar algún día delante de todas esas personas, o al menos la gran mayoría, que han influido en mi camino desde que era una niña de una manera u otra. Pero sobre todo, las personas que me dijeron que no, que me obstruyeron el paso, que no me dejaban avanzar, que me quisieron ahogar, que nunca creyeron en mí…
Y así poder demostrar que fui fuerte, que luché hasta el final por mis sueños, y que la que gana al final soy yo.

Prometo que ese día llegará tarde o temprano. Ese día, pisaré el escenario más fuerte y con más ganas que nunca. Y en ese momento, seré la persona más feliz de todo el planeta.