miércoles, 6 de julio de 2016

Ángel de la guarda

Hay qué ver cuánto podemos llegar a querer a las personas y lo que somos capaces de hacer por ellas...
Durante mi infancia hubo una época en la que yo sufrí algo que no se lo deseo a nadie... y no tuve ayuda nunca, tuve que llevar el peso de todos esos sentimientos y recuerdos yo sola durante mucho tiempo... sí que es verdad que en parte fue culpa mía, pero no toda la culpa...
Por ello me volqué desde las sombras en mi hermana y mis dos primas gemelas; a las que quiero con locura.
Cuando pasó lo que pasó en aquel entonces nuestra familia por parte de madre se distancio mucho... muchísimo...
Antes, íbamos todos los sábados a comer a casa de mi abuela. En los inviernos siempre estaba la chimenea encendida y pasábamos castañas; en verano, y cuando no era verano, salíamos fuera jugar... En aquel entonces ni siquiera habían nacido mis primas... pero venían en camino.
Y todo cambio de repente... me pasé mucho tiempo sin poder ver a mi familia... mi abuela, mi tía, mis primas, etc.
Mi vida cambio en este sentido, y yo me sentí culpable al principio, porque no quería estar separada de ellos... En ese momento no entendía bien las cosas... por qué teníamos que estar tan distanciados... pero con el tiempo, pude ser capaz de entenderlo todo y recordar cada momento como si fuera ayer...
Por eso decidí que no estaba dispuesta a que ellas lo pasarán mal... quería ser como su ángel de la guarda.
Entre mi hermana y yo hasta conseguimos que acabarán siendo frikis...
Cuando mi hermana cumplió los 17 decidí hablar con ella... Era la hora...
Pues para la gente de fuera, para mi hermana u otra gente de la familia se les contó mentiras o no se les contó nada.
Por eso, yo quería que mi hermana supiera la verdad, se lo merecía, merecía saber lo que realmente pasaba en nuestra familia...
Estuve callada durante mucho tiempo, guardando el secreto sobre mi espalda... culpándome, incluso, de ello... sufriendo en soledad...
Ya era hora de que alguien más supiera la verdad.
Mis primas ahora tienen 13 años, y aún es pronto... Probablemente, por mucho que crezcan, cuando se lo cuente no me creerán... Quizás nunca lo hagan... Pero tienen derecho a saberlo saber y entender lo que ocurrió en aquel entonces y porqué las cosas son como son ahora... Porque las quiero... y aunque sé que les va a doler, qué va a ser un golpe muy fuerte para ellas... estoy completamente segura de que es y será lo mejor.
Porque las quiero, les he mentido hasta hoy; y porque las quiero también, les diré la verdad, llegado el momento adecuado, como hice con mi hermana.
Y siempre, pero siempre, pase lo que pase... seguiré siendo su ángel de la guarda.