Hoy es uno de esos días que entran ganas de coger la maleta
y mandarlo todo a la mierda…
Es uno de esos días en los que estás a punto de estallar,
estás harta de todo… De escuchar la exigencias y las amenazas de tus padres, de
ver cómo lo que debería llamar hogar es solo una casa donde duermo y como, de
tener que tragarme todas las palabras y hasta el aliento, de tener que guardar
las ganas de gritar, de llorar…
Y podría seguir con la lista de problemas que ocurren día a
día en mi casa, es difícil aguantar una situación así mañana y noche mientras
intentas hacer oídos sordos… pero no es solo eso…
Es que todo esto se mezcla con la soledad que hay dentro de
mí, la baja autoestima y las autocriticas que yo misma me impongo, el miedo a
fracasar y no conseguir lo que quiero en esta vida; y los recuerdos que a veces
me sobresaltan…
Así que en este momento me encantaría poder hacer las
maletas sin pensar en nada más, y salir de esta casa que me ahoga cada día, de
esta casa donde las paredes ya no son suficientes para apartarme de los demás
como lo hacían de pequeña, donde por mucho que intente expresarme sé que solo
se quedará en eso; un intento…
Hay una única cosa que me retiene aquí y es por lo que
aguanto incluso cuando estallo y no me siento cómoda ni en mi propia cama… Y es
porque tengo claro que cuando me vaya será para siempre; no volveré nunca
arrastrándome a mis padres, haré todo lo que esté en mi mano antes de que eso
ocurra; todo lo posible y lo imposible… Todo por demostrar a mis padres que se
equivocaban conmigo.
Así que al final, como siempre he hecho, me encerraré en mi
misma como si nadie más existiera, gritaré para mis adentros, esperando el día
en que pueda coger esa maleta que me lleve lejos de aquí, con toda la seguridad
de que no volveré por esa puerta de lo que era un supuesto hogar y en realidad
siempre fue mi cárcel.