lunes, 3 de septiembre de 2018

Relatos de un verano. 1. En el rellano de la escalera



Lágrimas silenciosas se derramaban lentamente y caían en el pozo sin fondo de mi corazón...
Una tras otra resbalaban por mi cara, como un río que fluye, no dejaban de brotar...
Quería gritar, pero siempre acababan siendo gritos ahogados en el alma… Gritos que nadie podía escuchar, sólo en mi cabeza resonaban.
Mi cuerpo me pedía echar a correr… me levante… eché a andar… empecé a correr… y me paré.
Paré en seco y me di la vuelta, volví a mi rincón y seguí llorando…
Me sentía estúpida, pero sabía que si salía corriendo después me arrepentiría de ello.
Me sentí idiota al hundirme entre mis lágrimas en el rellano de aquella escalera dónde solo estaba yo. En un punto muerto del que no sabía salir y miles de ideas pasaban por mi cabeza.
Todas me acababan diciendo que era idiota por sentirme así, por sufrir demasiado, por sentir demasiado; por equivocarme otra vez, por tener una esperanza que no llevaba a nada.
Y allí estaba… tirada en el suelo… seguía llorando y preguntándome cómo había llegado hasta allí, por qué estaba allí… Sin nada ni nadie… Nadie que me ayudara a levantarme y seguir adelante…
Al final sólo me quedaba esperar, coger fuerzas de dónde no las había y salir sin más, y seguir un día más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario