Solo era un día normal, sólo un día cualquiera… Y, de
pronto, apareciste tú, como una brisa fresca, como un sol radiante y lleno de
calor… reviviste la poca esperanza que me quedaba, que era una llama casi
extinta y que volvió a nacer de las cenizas.
Entonces, llenaste mi vaso medio vacío entrando de golpe
cómo un huracán.
Una parte de mí quería frenar todos esos sentimientos que me
abrumaban, que me sobrecogían, pero al final caí…
Caí, por esa sonrisa… esos labios… esos ojos… esos brazos…
todo tu cuerpo… por cómo me hablabas, lo especial que me hacías sentir, esa
comodidad y seguridad junto a ti… todo eso me hizo cambiar y no pude evitar
dejarte pasar.
Ha ido todo demasiado rápido, como una auténtica locura; tú
me has vuelto loca en pocos días… Pero es que esas palabras me llenaban, sentía
que estaba en el lugar correcto con la persona correcta… y eso no se siente
todos los días.
Cuando miro atrás no comprendo cómo ha podido cambiar todo
en un abrir y cerrar de ojos…
Recuerdo que, antes, siempre te observaba desde lejos, y
siempre tenía ganas de acercarme a ti… pero soy yo… y obviamente nunca lo hice…
para mi eras imposible.
Todo cambió de repente, por una casualidad, una conversación…
Y ahora te tengo en frente, y me sorprendo a mí misma al pensar en que tú eras
aquel chico inalcanzable.
Sin embargo, ahora formas parte de mi vida y de mi corazón
de una forma muy especial y con una belleza y admiración increíblemente grandes…
que has conseguido que sienta tanto… tantísimo… en tan poco tiempo.
No sé lo que ocurrirá de hoy en adelante, solo puedo decir
que me he enamorado locamente de ti, que has cambiado mi vida y mis esquemas…
Aunque no quería aceptarlo, aunque una parte de mi me
retuviera, aunque quería pensar que lo mejor era esperar… al final mi corazón
se dejó llevar irremediablemente con tus palabras y tu mirar… Y no me
arrepiento.
Te quiero… y no me arrepiento de ello.
Gracias por aparecer en mi vida, por ser tan genial como
eres, por tus “buenos días” y tus “buenas noches”, por compartir la misma
pasión, por abrirme tu corazón, por hacer que me sienta querida, por dar una
oportunidad a este caminito que ahora recogemos juntos agarrados de la mano.
Una mano que no soltaré cuando vayas a caer, sino que te
levantaré con todas mis fuerzas… porque te miro a los ojos y soy feliz… te
miro, y veo un futuro junto a ti.
Gracias, amor.
¡GUAU! Increhibles palabras que me llenan de orgullo.
ResponderEliminar♡♡♡♡♡♡♡