lunes, 28 de febrero de 2011

-Lo que los hombres buscan-

Las nubes ciegan la visión
de las luces colgadas
en la noche y su esplendor.

En lo más alto de la montaña
se esconde un secreto
entra serpientes y veneno.

En lo más profundo del mar
se oculta un tesoro
entre la cueva y el mal.

Los hombres buscan el oro,
buscan las palabras,
buscan de manera terrenal.

La sangre corre
por un camino sin final,
cayendo las torres
del bien que se había hecho hasta ahora.

Lágrimas forman un río
que del dolor y el sufrimiento se forja,
lágrimas cristalinas se transforman
en lluvia color de vino.

Mas,
los hombres jamás
lo que desean hallarán.

Pues lo preciado no hay que verlo
con los ojos del cuerpo,
sino con los ojos del alma.

Así de nuevo
se avivará la llama,
las muertes cesarán
y el bien, por fin, reinará.

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