que me di cuenta
de que solo era
una mota de polvo en una camisa vieja.
Era tan pequeña,
del firmamento,
una de tantas estrellas,
y mi camino no hacía,
más que empezar en ese momento.
Mi cabeza ahora me decía
que desvío escogería
para llegar a la parada de la vida.
Si bien, no planeé el viaje
pero sabía que ese destino
sería de mi libro
el mejor pasaje.
Tenía presente que no todo iba a ser fácil,
subiría cuestas y pisaría baches
pero siendo solo polvo en un mundo tan grande,
pensé, mi presente u mi futuro, eso es lo que hay.
Entonces miré al frente,
cogí mi mochila de la suerte,
di un paso y pisé fuerte,
dije adiós con una mirada sonriente.
Pues no volvería nunca al lugar de mi partida,
o si volvía, en alguno de mis remotos días
yo no sería la misma chica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario